Habíamos contratado una habitación para
cuatro personas, pero al llegar solo quedaba un bungalow. El colchón de las
camas era casi transparente; el baño era un cubículo con el techo abierto y
hacías tus necesidades con los pájaros mirándote, rezando para que no quisiesen
imitarte; el agua de la ducha salía helada, ya que provenía directamente de un
manantial.
Las expectativas del viaje perfecto no
eran esas, sin embargo os aseguro que lo recordaremos toda la vida.
María
del Pilar Almeida, 26 años, Salamanca , prof Paula Pessanha Isidoro
Reto RS nº 15 – Anuncio Turismo
Rural
Sempre a sonoridade do,outro lado da fronteira.
ResponderEliminarAlguém me sabe explicar por que ainda vivem de costas voltadas estas duas literaturas, estes dois falares?
Aqui, pelo menos, já não! ;)
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