El parque forestal al que nos habíamos
acercado de vacaciones estaba completamente vacío. Según el folleto “la
estancia en sus instalaciones harían que estableciesen grandes relaciones con
la naturaleza y sus habitantes” Pero todo estaba oscuro y desolado. Cuando
entramos al cobertizo para dejar nuestras pertenencias escuchamos extraños sonidos
en la penumbra. Al encender la luz comprobamos que la habitación estaba… ¡llena
de animales salvajes! Salimos corriendo de aquel lugar y nos escondimos en el
coche, asustados.
Adriana
de Miguel, 19 anos, Santander, prof Paula Pessanha Isidoro
Selvagem é selvagem, caramba! 😀
ResponderEliminarÉ isso!
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