Sofía sabía que le quedaba poco tiempo. Quedó todo
preparado. Reloj activado y sus sentimientos bajo llave para que no se los
quitara nadie. Lo bueno de todo esto es que olvidaría lo que le hizo sufrir. A
regañadientes, aceptó que no sólo se iría lo malo, sino también lo bueno.
– ¿Activamos
ya tu pérdida de memoria?
Sería de forma progresiva, sin sobresaltos.
Sofía, la gran Sofía, se enfrentaba al Alzheimer… Nadie
está a salvo de él.
Lexuri Márquez, 21 años, Badajoz, prof Paula
Pessanha Isidoro
Reto 50
– agosto, a gusto, disgusto, regañadientes
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