Primero
enciérrese a estudiar durante horas en su habitación. Cuando esté en el punto
justo de agobio, comience a preguntarse por qué decidió dejarlo todo para el
último día. A continuación añádale un toque justo de desesperación, y espere
unos minutos. Después simplemente querrá huir de casa. Coja el teléfono y llame
a ese amigo que sabe que está en la misma situación. Por último deje caer un:
"¿Salimos un rato de tranquis?", y disfrute del resultado.
Lucía Ruiz, 18 años, Torrelavega, prof Paula Pessanha Isidoro
Desafio RS nº 10
– uma receita em 77 palavras
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